Con el fin de conocer el estado de la retina, es necesario llevar a cabo una retinografía. Esta prueba es muy sencilla y permite detectar, antes de que se desarrolle la aparición de enfermedades que pueden llegar a afectar a la visión.
Algunas de las enfermedades más comunes que afectan a la retina son la retinopatía diabética, la retinosis pigmentaria, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y el desprendimiento de retina.
Los ópticos-optometristas de Federópticos Apraiz recomiendan acudir, de manera periódica, a realizarse un control de la retina, especialmente a partir de los 45 años. Las personas diabéticas, con hipertensión, miopía o con antecedentes de enfermedades oculares son grupos de riesgo y deben comprobar el estado de su retina a través de la realización de este tipo de pruebas.